7 de junio de 2020




     Con las vacaciones a la vuelta de la esquina y con todos estos meses en casa, seguro que hay familias preocupadas porque su hijo/a va a pasa a primaria y todavía ni lee ni escribe. ¿Por qué no lo hace y algunos compañeros/as sí? La respuesta es sencilla, simplemente no está preparado/a para ello.

     El proceso de lectoescritura es un proceso complejo que requiere de una buena maduración del cerebro para llevarlo a cabo. ¿Recordáis cuando hablamos de la construcción de la casa (aprendizaje) y de la necesidad de construir unos buenos cimientos?

     Ningún adulto sentaría en una silla a un bebé de semanas, de igual manera tampoco lo dejaríamos andar  con 5 meses. Los humanos, para cualquier avance en nuestro desarrollo, necesitamos una maduración física, psíquica  y emocional,  y deben cumplirse  una serie de requisitos para favorecer esta maduración. Aunque cada niño/a camina a una edad diferente,   la edad de referencia suele ser alrededor de un año. Pues bien,  con la lectoescritura pasa exactamente lo mismo, no podemos poner a un niño/a a leer ni a escribir si no ha alcanzado la madurez para ello y ha adquirido una serie de requisitos.

     “La letra con sangre entra”, famosa frase.  Pero si la aplicamos estamos condenando a la infancia al fracaso, tal vez aprenderán a leer, pero no fomentaremos buenos/as lectores, ni despertaremos su interés por la lectura, lo que repercutirá en su aprendizaje, en su imaginación, en su creatividad, en su capacidad crítica, en definitiva en su preparación para la vida.
   
  Casi todos sabemos leer, y el que no sepa, todavía puede aprender. Todos/as nosotros/as NO  aprendimos a leer y a escribir a la misma edad, y además, cada uno/a lo hicimos con un método u otro. ¿Lo recordamos? ¿Cómo aprendimos? ¿Cómo recordamos ese aprendizaje? ¿Fue  especial?, ¿aburrido?, ¿frustrante?  Actualmente, ¿nos gusta leer?, ¿nos aburre?, ¿Leemos?, ¿escribimos por placer, o por necesidad? ¿no tenemos tiempo?¿Nos ven nuestros hijos/as leer en casa?. La respuesta a estas preguntas seguro que nos lleva a una reflexión individual de lo más interesante. Sólo deciros una cosa, un  buen lector/a siempre tiene tiempo para leer, 15 minutos al día, o los fines de semana, o en vacaciones…
     
     Volvemos de nuevo a la construcción de la casa. Estudios de neurociencia nos dicen que  el cerebro va desarrollando una serie de procesos que son necesarios para el aprendizaje, y que estos procesos  alcanzan el 80% de su desarrollo sobre los 7 años,  aquí, ya podemos ir poniendo el tejado a nuestra casa, y todavía nos queda un 20% para amueblarla y  poner las flores en el balcón.

     Además debemos tener en cuenta que en todo proceso de lectoescritura se han tenido que adquirir una serie de pre requisitos muy importantes, tales como el control del cuerpo a nivel de motricidad gruesa y motricidad fina, la lateralidad, la orientación espacial,  el equilibrio, el ritmo, el canto, la discriminación visual y auditiva, una buena expresión y comprensión oral…
En educación infantil centramos nuestra atención en estos pre requisitos; siempre como instrumento de aprendizaje el juego y el movimiento.  Por ello, cantamos, bailamos, nos contamos cosas, inventamos, observamos, experimentamos, manipulamos, construimos compartimos, nos abrazamos, discutimos…

     Vamos  a  preguntarnos, ¿qué es leer, qué es escribir?. Leer es buscar significados, escribir es expresar.

     Aprender a leer y a escribir debe ser placentero e interesante. Cuando ponemos a un niño/a delante de una cartilla de lectura, con la mejor de nuestras intenciones, le estamos matando de aburrimiento, algunos/as con mucho carácter y rebeldía se negaran por completo , otros/as lo harán para acabar cuanto antes y ponerse a jugar, otros/as los harán por complacernos.., pero en realidad es aburrido muy aburrido.

     ¿Nos ponemos en su lugar? Cuando tenemos que leer un libro, carta, documento que no nos interesa, ufff, invertimos más tiempo del necesario, volvemos a releer porque no hemos entendido nada. Pero como cambia si se trata de algo que nos gusta, una receta de cocina, una novela interesante, una revista de decoración, de deportes, un artículo científico de nuestro interés. .. LEER POR PLACER.

      Vamos a poner a su alcance, cuentos, gran variedad de cuentos, libros, revistas, de diferentes temas que sean de su interés. Les vamos a leer cuentos, nos van a contar cuentos, los vamos a escuchar, les pediremos que nos interpreten las imágenes. Los cuentos con poco texto de fácil lectura y con buenas ilustraciones, son una buena herramienta para iniciarse en la lectura e interpretar las imágenes fomentando la imaginación, la creatividad, y la expresión oral.

     Nos hubiese gustado haber hablado de este tema en una reunión, dónde hubiésemos podido interactuar  y haber hecho alguna dinámica de grupo para poder entender mejor el proceso de lectoescritura. Pero con esta nueva situación a la que nos hemos enfrentado no ha podido ser. Esperamos que este documento que hemos preparado os despejen algunas dudas con respecto a este tema, y si tenéis alguna duda, siempre podéis hacérnosla llegar a través del correo.

   Os dejamos también, por si queréis profundizar más, éste vídeo, un poco largo pero súperinteresante, donde la pedagoga María Gómez, especialista en atención temprana y psicomotricidad; habla de los prerrequisitos para la lectura y la escritura; hitos evolutivos que empiezan en el momento de  la gestación. Todos esos requisitos previos son los que se trabajan (y trabajamos) en Educación Infantil, tanto en el primer ciclo (0-3 años), como en el segundo ciclo (3-6 años).


“Un libro es un regalo que puedes abrir una y otra vez”
Garrison Keillor

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